jueves, 16 de junio de 2011

Yo estoy indignado

 De nuevo hoy he comenzado el día con una breve intervención en la radio. Ésta vez me han preguntado sobre los últimos acontecimientos en el Parlamento catalán y mi postura al respecto.

 Inicio mi entrada con ese título porque claramente refleja lo que pienso y de forma concisa y breve, cualquier lector puede entenderlo (así facilito las cosas a aquel que no quiere leerse toda la entrada :) )

 Mi indignación reside en los últimos actos que se han producido en el Parlament, y es que todavía no he llegado a comprender cuál ha sido la justificación para aquéllos, que durante toda la jornada de ayer pensaron que esas eran las formas de comportarse y de transmitir su mensaje al pueblo. No llego a comprenderlo porque como ciudadano solamente veo actos vandálicos, agresiones verbales y momentos de tensión, con los que no puede sentirme identificado salvo que pertenezca a un grupo de bárbaros que se dirige a la capital del Imperio Romano para quemar y destruir todo lo que se interpone en mi camino.

 No puedo compartir un mensaje (que aunque sea justo y de derecho) utiliza mecanismos de transmisión que vulneran cualquier tipo de espacio pacífico democrático de convivencia. Estoy de acuerdo con Artur Mas cuando dice que prefiere una democracia imperfecta que el caos violento que se vivió o se quiso hacer ver ayer, pero también debemos hacer una autocrítica los que nos encontramos representando a los ciudadanos y reflexionar para saber cuáles son los motivos que han llevado a este ejercicio violento de la libertad de expresión (propios o impropios a la profesión).

 La libertad de expresión viene recogida en la Constitución Española y en la Declaración de Derechos del Hombre en su art 19:

 ""Libertad de pensamiento y de expresión.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideraciones de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección y gusto
2. El ejercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previa censura, sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar:
a) El respeto a los derechos o la reputación de los demás, o
b) La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas."

  El principio del daño y del delito son limitaciones claras a la libertad de expresión y que no deben ser vistas como el ejercicio propio de un sistema político que censura, sino de un sistema que garantiza la convivencia entre individuos de muy diversa índole. Sin esos límites, la convivencia sería inviable.

 Me despido con una frase de Karl Marx que espero que haga reflexionar a los indignados violentos: " Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos"
  


No hay comentarios:

Publicar un comentario