El pasado 30 de septiembre, el diario Público daba a conocer una encuesta realizada por el Foro Pew sobre Religión y Vida Pública en EEUU y cuyo objetivo era el de medir los conocimientos de los ciudadanos sobre las religiones.
En dicha encuesta se llegó a la conclusión de que los ciudadanos que se declararon abiertamente ateos o agnósticos tenían mayores conocimientos del conjunto de religiones, que aquellos que se declaraban practicantes de ellas.
¿Por qué sucede esto? Según la encuesta y el posterior informe, se ha establecido que los ateos y agnósticos suelen ser ciudadanos que fueron educados en una religión y posteriormente, conscientemente, se desentendieron de esa creencia.
Parece ser que la idea de conocimiento está arraigada a la idea de no ser una oveja que sigue al pastor sin rechistar, sino que para conocer hay que pensar y el que piensa, como decían en el pasado, es el enemigo de religiones y dictaduras.
El creer o pertenecer a una creencia religiosa es un derecho que no debe ser en ningún caso negado, porque cada uno es libre de buscar su felicidad a través de los medios más adecuados, siempre y cuando no alteren la convivencia del resto de ciudadanos. Ahora bien, me resulta del todo gracioso que todavía se dude de que una persona, independientemente del tema que sea, sea más conocedor o más cultivado si no está cerrado a otras opiniones y dogmas. Como dicen en el Foro Pew "Los agnósticos y ateos son personas que piensan mucho acerca de la religión, no se muestran indiferentes, se preocupan por saber".
Si piensas, conoces... si conoces, sabes... si sabes, no cedes a lo absoluto..., me encanta la incertidumbre.
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